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¿Cómo puedo ayudar a mi gato si tiene miedo a los petardos?

Los gatos suelen tener miedo a los petardos, miedo a las tormentas y miedo a otros muchos ruidos fuertes y repentinos. En resumen, los gatos son animales a los que les gusta la tranquilidad y tener su territorio bajo control. No soportan bien los ambientes ruidosos e impredecibles. Hace algún tiempo hicimos una encuesta entre los que seguís nuestra newsletter y muchos de vosotros nos respondisteis que vuestros gatos tienen fobia a los petardos o se asustan con los ruidos fuertes, como los ruidos de las obras o el sonido de las sirenas.

Ya te hemos hablado de este tema en otras ocasiones, pero en el mes que estamos, junio, es obligado volver a hacerlo: se acerca San Juan, una celebración muy ligada a la pirotecnia en muchos lugares y que da paso a otras muchas festividades veraniegas en las que los petardos y los fuegos artificiales suelen ser parte importante de la celebración. Además, si un gato tiene miedo a los petardos es muy común que también tenga miedo a las tormentas y el verano es una época del año en la que son habituales.

Cuando la fobia a los petardos u otros ruidos fuertes ya se ha manifestado en tu gato, lo mejor es que acudas a un especialista en comportamiento para que le ayude a superarla o, al menos, a controlarla. Pero tú también puedes hace mucho para mejorar la situación.

Primer paso: cómo prevenir el miedo a los petardos y otros ruidos fuertes

Esta es la parte más complicada, probablemente, porque cuando nos damos cuenta de que nuestro gato tiene fobia a los ruidos fuertes ya no podemos volver atrás. Pero si ahora tienes un gatito todavía puedes ayudarle a que no desarrolle esos miedos incontrolables.

Aunque, como ya te hemos dicho, los gatos son poco amigos de los ruidos siempre podemos educarlos para que los toleren mejor. Jugar o realizar alguna actividad agradable con él, ignorando el ruido y comportándonos como si no pasase nada, hará que el gatito no asocie los ruidos fuertes con peligro y los tolere mejor.

Sobre todo, no hay que forzarles si vemos que están nerviosos o asustados porque eso empeorará las cosas. Intentemos “despistarles” con una actividad agradable, pero dejemos que se refugien en un lugar que les aporte seguridad si lo prefieren.

Segundo paso: cómo ayudar a nuestro gato a controlar su fobia a los ruidos

Es importante asegurarnos de que el gato estará dentro de casa y tendrá disponible comida, agua y su bandeja higiénica en perfecto estado cuando sepamos que van a producirse ruidos fuertes, como en el caso de festejos populares o tormentas. Hay que procurar que no tenga forma de escaparse accediendo al exterior porque podría perderse si lo hace.

Además de cerrar las ventanas para evitar que pueda escaparse, hay que bajar las persianas o cerrar contraventanas si la casa las tiene, de manera que se amortigüen lo más posible los sonidos procedentes del exterior. En el caso de fuegos artificiales o rayos así evitaremos también que nuestro compañero felino se asuste por los destellos. Poner música o encender la televisión ayudará a enmascarar los ruidos de la calle.

Asegúrate de que el gato dispone de escondites y zonas elevadas donde refugiarse si lo desea y no le obligues a abandonarlas ni le regañes en ningún caso. Ponte en su lugar: imagínate que estás muerto de miedo y además te “cae” una regañina de la que no entiendes el motivo…

Mantén tu rutina habitual: haz lo que suelas hacer en casa. Estimula al gato a compartir contigo actividades que le gusten para que deje de asociar los ruidos a algo negativo, siempre sin forzarlo.

También puedes mejorar el ambiente de tu hogar usando Feliway Classic Difusor, antes, durante y después del momento en que se producen los ruidos que asustan a tu gato. Feliway Classic Difusor envía al ambiente feromonas felinas que son mensajes de felicidad y tranquilidad para el gato, ayudándole a mantenerse tranquilo y equilibrado.

Busca la ayuda del especialista

Hay casos de fobia a los ruidos más graves que otros, en los que el propietario no puede ayudar a su compañero felino todo lo necesario. Si ves que tu gato lo sigue pasando realmente mal a pesar de todo el apoyo que le estás dando, es el momento de buscar la ayuda del especialista en comportamiento.

Los profesionales son capaces de ver mucho más allá de donde vemos nosotros y es posible que un caso que nosotros consideremos perdido pueda solucionarse de forma relativamente sencilla. No obstante, te adelantamos que los tratamientos de fobias graves suelen ser muy largos, requieren mucha constancia y, en ocasiones, se producen retrocesos desalentadores que no nos deben desanimar. Con todo lo que quieres a tu gato, ¿cómo no vas a dedicar todos los esfuerzos que sean necesarios para hacerlo feliz?

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