Lombrices en gatos: ¿qué puedo hacer si el mío tiene?
¿Son comunes las lombrices en gatos? Más de lo que crees, aunque se trate de mininos que no salen al exterior habitualmente, que es donde más fácil pueden contagiarse.
Los gatos pueden contagiarse en el jardín, que puede ser frecuentado por otros gatos que sí estén infectados, o en la propia casa, ya que podemos traer larvas o huevos de sus parásitos intestinales en la suela de nuestros zapatos o en la ropa, por ejemplo. Y, claro, si tienen acceso habitual al exterior, es seguro que van a volver a casa de sus correrías con “sorpresa”.
¿Qué quiere decir que mi gato tiene lombrices?
En primer lugar, hay que precisar que cuando decimos que un gato tiene lombrices estos gusanos no son los que solemos ver en la tierra. Las lombrices en gatos son parásitos intestinales que pertenecen a las familias de los gusanos redondos, los gusanos ganchudos y los gusanos planos:
- Gusanos redondos. Reciben el nombre científico genérico de Nematodos. Hay diversas especies, dos de las más habituales son Toxocara cati y Toxascaris leonina. Los gatitos pueden infectarse hasta durante la lactancia, si la madre está infectada.
- Gusanos ganchudos. También pertenecen al grupo de los Nematodos. Dos especies importantes son Ancylostoma tubaeforme y Uncinaria stenocephala. Se llaman “ganchudos” porque poseen unos ganchos en lo que podríamos denominar su cabeza para fijarse al intestino del gato y alimentarse de sangre del animal parasitado. Estos todavía se pueden contagiar antes que los anteriores: si la madre está infectada puede transmitir los gusanos a sus fetos, todavía dentro del útero.
- Gusanos planos. Estos son muy diferentes a los anteriores, son las tenias, que pertenecen al grupo de los Cestodos. Taenia taeniaeformis, Echinococcus granulosus (muy poco común en gatos pero que hay que tener en cuenta ya que produce el quiste hidatídico en personas) o Dipilydium caninum son tres especies de este grupo que afectan a los felinos domésticos.
Los gatos contagiados por estos parásitos pueden parecer completamente sanos o encontrarse evidentemente enfermos y los síntomas que podrás ver en tu compañero felino no suelen ser demasiado reveladores: vómitos, diarreas, falta de acicalado, mal estado del pelaje… Podrían ser síntomas de muchas enfermedades además de una señal de que tiene gusanos intestinales. Así que ante cualquier sospecha, lo mejor es visitar al veterinario para que examine a nuestra mascota y haga un diagnóstico preciso de lo que le ocurre.

Las lombrices en gatos pueden ser de varios grandes grupos: gusanos redondos, gusanos ganchudos y gusanos planos. Licencia Creative Commons.
Prevenir es lo más importante para evitar la aparición de lombrices en gatos
Los gusanos intestinales de los gatos son perjudiciales para ellos y más durante las etapas de cachorro y sénior y/o geriátrica, cuando los animales son más frágiles. Pero es que además pueden transmitirse a las personas y causar problemas muy serios.
La única forma de asegurarnos de que los gatos que conviven con nosotros están libres de parásitos intestinales es respetando los protocolos de desparasitación que nos prescribe el veterinario. Lo habitual es que los cachorros hasta seis meses se desparasiten cada cuatro semanas o cada mes, mientras que los gatos adultos reciben su dosis de antiparasitario cada tres meses.
En las gatas gestantes, para evitar que transmitan parásitos a sus fetos como puede ocurrir con los gusanos ganchudos, es una buena estrategia desparasitarlas poco antes del parto (unos 10 días antes de la fecha prevista).
Es muy importante que después de desparasitar a tu gato observes sus heces durante unos días: si no ves gusanos, todo está bien y la próxima desparasitación será cuando toque según la prescripción de tu veterinario; pero si ves que hay lombrices la desparasitación debe hacerse antes, porque quiere decir que el gato está infectado (quizás vomitó la pastilla de la desparasitación anterior sin que te dieses cuenta o se ha infectado casi al final del periodo trimestral entre desparasitaciones) y si esperamos tres meses les estamos dando tiempo a los parásitos supervivientes que queden dentro del gato a reproducirse. En este segundo caso es hay que volver cuanto antes al veterinario y comentarle lo ocurrido, para que decida cuándo y con qué producto volver a desparasitar.
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